Emprender en Oaxaca: ¿por qué es más difícil para los jóvenes?

Publicado el 4 de diciembre de 2025, 13:50

Mucho se habla del emprendimiento, de ser tu propio jefe, de ser ejemplo para otros, pero muy poco se concientiza todo lo que conlleva. Para poder llegar a esto, debes pasar por muchos retos; el primero de ellos es creer en ti, en tu idea y en todo el potencial que tienes para que tu proyecto se lleve a cabo. 

-Carolina Hernández.

Mucho se habla del emprendimiento, de ser tu propio jefe, de ser ejemplo para otros, pero muy poco se concientiza todo lo que conlleva. Para poder llegar a esto, debes pasar por muchos retos; el primero de ellos es creer en ti, en tu idea y en todo el potencial que tienes para que tu proyecto se lleve a cabo. En el momento en que tú dudes, todo irá de mal en peor. Lo mejor que se puede hacer es aferrarte a tu idea, dejar de lado tus miedos o simplemente atreverte a hacer un cambio aun con miedo, con dudas, y hacerlo por inercia, no dejando que los limitantes de tu cabeza te frenen; después te lo agradecerás.

Considero que hay una mini crisis cuando entras a la vida “adulta”, pero cuando entras y todavía decides emprender, la crisis está asegurada. Entre no saber qué hacer, porque no existe una guía detallada de cómo entrar a la vida adulta y emprender —eso definitivamente no te lo enseñan en la escuela—, entre contratos y deberle al SAT, encuentras la belleza porque te das cuenta de que has salido de la pecera para enfrentarte a tiburones, donde llevas tus capacidades a otro nivel y también donde debes programar un espacio para poder llorar y sentir, porque al ser responsable de un negocio no puedes parar, porque significan pérdidas.

Existe una cierta depresión de la que no se habla y es mal vista. Cuando decides emprender, tienes que dejar atrás tus actividades, incluso asistir a la escuela, no salir con tus amigos; sí o sí tienes que entender que estás en un duelo por pérdida. Aunque para los demás sea insignificante y te den ciertos comentarios tipo “¿por qué estás triste, si muchos quisieran lo que tú tienes?”, está tan normalizado tener vidas perfectas, como si se tratara de eso, de una competencia entre todos. Sí, emprendí, pero ¿a costa de qué? Pasé de tener una vida acelerada a estar entre cuatro paredes intentando entenderle a la vida adulta.

En uno de esos días donde me derrumbé porque no sabía qué estaba haciendo con mi vida, en qué momento fue que inició todo, alguien me dijo: “Tú no estás desperdiciando tu juventud; estás siendo consciente de qué es lo que quieres y estás trabajando por ello ahora. Estás redefiniendo tu concepto de juventud; para mí fue encerrarme en una cabaña durante pandemia para escribir mi primer libro, y digo primero porque habrá más”. Desde ese día mi perspectiva cambió totalmente. ¿Para ti, qué significa ser joven?

También te enfrentas a los demás adultos, que intentan limitarte o te ponen el pie para que no avances; piensan que por ser joven debes ser sumiso a lo que ellos dicten. Hay que romper esos paradigmas llenos de prejuicio: no por ser joven significa que no sepas nada referente al tema.

La educación financiera es la base de todo. Debes entender que los primeros meses son fundamentales: no hay nada de ganancia, porque debes volver a reinvertir y capitalizarte. Un negocio es como un bebé: los primeros meses tienes que cuidarlo mucho y, conforme vaya creciendo, poco a poco no necesitará que estés presente.

Emprender siendo joven es uno de los actos más valientes, al igual que uno de los más aterradores. No importa qué vendas, pero si lo haces con el corazón y con toda tu entrega, tendrás buenos resultados.

 

-Carolina Hernández.